Las enmiendas presentadas ayer a esta normativa fueron aprobadas por mayoría absoluta en la Eurocámara, por lo que el Parlamento y el Consejo tienen un plazo de noventa días para negociar la directiva y, si no lo logran, decaerá el texto. En concreto, la nueva norma proponía elevar de 48 a 60 horas el límite de tiempo de jornada laboral y hasta 65 horas, en el caso de algunos colectivos profesionales como los sanitarios.
Después de haber realizado algunas protestas y campañas informativas, los sindicatos asturianos saludaron ayer la noticia con optimismo. En este sentido, el secretario de Política de Empleo de UGT, afirmó que "creo que el acuerdo es improbable, porque la parte sindical no va a consentir que salga adelante". El sindicalista explicó que UGT esperaba este resultado, porque la directiva "es un claro retroceso que cuestiona la conquista histórica de las 48 horas semanales en Europa y el mecanismo de actuación sindical, que es la negociación colectiva. El trabajador parte de una situación de debilidad en la negociación". Además, García destacó "el papel muy importante" del eurodiputado socialista Alejandro Cercas, que fue el ponente del informe sobre esta directiva en el Parlamento Europeo.
Los representantes de los trabajadores realizarán una campaña informativa a nivel europeo para divulgar el planteamiento de la directiva de las 65 horas y otros "que tienden a flexibilizar algunas normativas". En esta línea, el secretario de Política de Empleo de UGT apuntó que "echamos de menos a la izquierda política en el plano internacional. Los sindicatos estamos huérfanos, porque no tenemos referente".
INDIVIDUAL El secretario de Empleo de CCOO de Asturias, Miguel Iglesias Ballina, mostró la satisfacción del sindicato por que "por una vez la Unión Europea se ha acercado a las inquietudes de los ciudadanos", e insistió en que la directiva perjudicaría la creación de empleo e iría en contra de la conciliación de la vida laboral y familiar de los trabajadores. Iglesias Ballina aseveró que la directiva tumbada ayer en la Eurocámara "nos retrotraía al siglo XIX, pese a todo lo que ha llovido desde entonces en cuanto a los avances sociales y el desarrollo de los sistemas productivos".
Según destacó el sindicalista, "el gran problema de esta directiva" reside en que la jornada de 65 horas se implantaría mediante un acuerdo individual entre el trabajador y el empresario, y coincidió con Pedro García en que "no existe igualdad al negociar, porque el trabajador se encuentra siempre en situación de debilidad". El secretario de Empleo de CCOO precisó que este desequilibrio viene, en el caso de España, de la "eventualidad" de los contratos de trabajo y de la crisis económica, que condicionan la capacidad de decisión del trabajador.
Fuente: lavozdeasturias
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