Según el diario lanueva españa y la agencia efe:" La fiscalía de menores responsabiliza a la Consejería de Bienestar Social de los daños morales sufridos por un niño de 10 años presuntamente violado por, al menos, otros seis menores en el interior de un centro de acogida de Oviedo, dependiente del Principado. En su escrito de conclusiones provisionales sobre lo ocurrido, presentado ya en el Juzgado y que la fiscalía
defenderá en el juicio que se celebrará previsiblemente antes de que finalice el año, elministerio público reclama al Gobierno regional el pago de una indemnización de 40.000 euros para el pequeño, que entonces tenía sólo 10 años. La fiscalía considera como primeros responsables del pago a los cuatro menores que serán juzgados por el caso de forma inmediata -los otros dos se encuentran en paradero desconocido y por el momento el caso será archivado para ellos- y, de forma subsidiaria, al Ejecutivo regional, ya que era el encargado de velar por el bienestar del menor.
Por este caso hay además un hombre encarcelado en la prisión de Villabona, que presuntamente también mantuvo relaciones sexuales con el pequeño cuando lo sacaba del centro en calidad de voluntario social. Los cuatro menores que por el momento se sentarán en el banquillo de los acusados son dos marroquíes y dos españoles. La fiscalía de menores, que coordina el fiscal Jorge Fernández Caldevilla, califica los hechos como un delito de abuso sexual. Para estos cuatro menores, la fiscalía reclama una medida de libertad vigilada durante un año. El ministerio público justifica esta petición en el hecho de que, salvo uno de los niños, que ya estuvo interno en Sograndio por otro asunto, se trata de jóvenes que no tienen detrás una trayectoria delictiva.
Los hechos salieron a la luz en octubre de 2007. El Cuerpo Nacional de Policía detuvo a un voluntario social, D. F., por abusar supuestamente del niño, al que acompañaba a diario al colegio, sacaba con frecuencia e incluso llevó a su casa a pasar períodos de vacaciones. El joven, que ha sido padre hace algunos meses, permanece en la prisión de Villabona. Tras el escándalo, el director del centro de acogida fue inmediatamente destituido por supuesta negligencia y por no velar adecuadamente por la seguridad y el bienestar del menor. Y es que el niño sufría esta situación no sólo fuera del centro, sino supuestamente también en su interior, ya que poco después se descubrió que varios niños habían abusado de él de puertas para dentro. El pequeño fue trasladado y actualmente reside en otro centro. Después de ser arrestado,
el voluntario social negó rotundamente ante el juez de guardia que violara al menor. No obstante, una vez pasados varios días se derrumbó y admitió que, efectivamente, abusó del pequeño, aunque negó haber mantenido relaciones sexuales plenas. El niño conoció al hombre a través de la pareja de éste (actualmente ex pareja), que había trabajado como monitora en un campamento al que el menor fue en el verano de 2006. Tras la excursión, la mujer habló con los educadores y éstos con el director del centro, que la autorizó a sacarlo, al principio de forma esporádica. En Navidades, la monitora y su pareja -el voluntario detenido- preguntaron si el chico podía quedarse a dormir con ellos en su casa. Tras consultar a la Consejería, se dio la autorización. Paralelamente a la detención y encarcelamiento del voluntario social, la fiscalía de menores abrió una investigación para determinar si varios adolescentes también habían abusado sexualmente del niño. Fuentes cercanas al caso precisaron que el voluntario declaró en el Juzgado que fue el propio menor quien le aseguró que otros chicos se aprovechaban de él. No es la primera vez que este centro de acogida está en el punto de mira. La fiscalía visitó las instalaciones hace tiempo, por «problemáticas», aunque en ese momento no había indicios que apuntaran a una posible agresión sexual a uno de los niños. Entre los efectos encontrados en la casa de D. F. se halló una fotografía del pequeño, desnudo, tumbado de espaldas. El director del centro, ya ex director, declaró en el Juzgado que «nunca sospechó» lo que realmente ocurría con el niño e incluso dentro de la misma institución. Según apuntó, la
dirección del colegio al que acude el menor le trasladó la existencia de ciertos «comportamientos sexuales» por parte del niño, que en un primer momento se atribuyeron a «vivencias anteriores». Así, se decidió trabajar con
él de forma más exhaustiva. Según el director, en el momento en que se tuvo conocimiento de lo que ocurría, se llevó al niño al pediatra y se interpuso la denuncia. El hombre afirmó ante el juez que mantener el control en la institución «era prácticamente imposible», porque sólo disponía de dos personas para ello. Apostilló que llevaba reclamando personal desde hacía años y que en el momento en que lo cesaron el número de trabajadores «ascendió a seis». Tras detectarse esta serie de casos y las irregularidades alertadas por la fiscalía, se procedió a una reorganización del centro, uno de los que acogía a un mayor número de menores de nacionalidad extranjera.



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