Para cualquier persona el empleo constituye su principal elemento de integración social, por lo que sus condiciones y calidad determinan las posibilidades de participación a nivel social, económico, cultural e incluso político. En el caso de los trabajadores extranjeros esta realidad se multiplica ya que la búsqueda de una oportunidad laboral que mejore sustancialmente su calidad de vida y la de sus familias, es la razón fundamental por la que abandonan sus países de origen.
En Asturias la población de origen extranjero apenas supera el 3% lo que estadísticamente indica un crecimiento constante aunque inferior a otras comunidades autónomas que se traduce en la presencia de 32.720 personas entre nosotros. Lidia, Mohamadou, Karina, Berta Maria, Abdel. Nombres reales para personas con problemas reales, compartidos por todos y todas los trabajadores de nuestra región.
Tendemos a contemplar la inmigración como un hecho coyuntural, pero debemos ir más allá de ese análisis, por cuanto el fenómeno afecta a seres humanos; es decir: a iguales. La inmigración no puede ser la solución barata y rentable para solucionar las disfunciones de nuestro mercado de trabajo.
NO PODEMOS esperar que los inmigrantes resuelvan nuestras necesidades puntuales y que vuelvan a sus países cuando estás se hayan solucionado, ni que renuncien a mejorar su capacitación laboral, residan donde nosotros no queremos residir o tengan los hijos que nosotros no queremos tener.
Una sociedad avanzada, como la nuestra, tiene la obligación moral de combatir decididamente la discriminación que conllevan estos supuestos.
En lo que se refiere a la situación de los trabajadores inmigrantes en el mercado laboral, nos preocupan especialmente las tasas de paro, la temporalidad y movilidad geográfica a las que están sometidos, que están directamente relacionadas con los puestos de trabajo que desempeñan y a la práctica inexistencia de una inserción laboral normalizada.
ALGUIEN dijo una vez "pedimos trabajadores y vinieron ciudadanos". Pues bien, es preciso hacer un esfuerzo pedagógico para que la inmigración se acepte como un fenómeno de carácter permanente que enriquece a la sociedad española, sin caer en alusiones hipócritas respecto a la conveniencia de que lleguen inmigrantes a nuestro país por los efectos positivos que supone para el sistema de la seguridad social, para, acto seguido, culpabilizarlos indiscriminadamente de un hipotético deterioro de los servicios públicos.
Es responsabilidad de los poderes públicos garantizar a toda la sociedad el acceso a servicios y prestaciones. Por tanto, cuando se produce un incremento de la población, todos hemos de demandar la adecuación de estos servicios al incremento de población, independientemente de su origen y condición.
En este sentido, uno de los retos para el futuro inmediato es el trabajar en la mejora de la situación de los trabajadores de nacionalidad o de origen extranjero que forman ya parte del mercado de trabajo español, garantizándoles el principio de igualdad de trato y oportunidades. En ese empeño estamos.
Desde UGT Asturias, en el Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia, invitamos al conjunto de la sociedad a que reflexione estos hechos y sobre las ventajas de una sociedad multicultural y respetuosa con TODAS las diferencias que la componen.
Una sociedad cohesionada, que mire al futuro sin dejarse llevar por mensajes excluyentes e irrespetuosos para con las personas de otras razas y culturas, con las que compartido el día a día de nuestras vidas.
*Ana Muñiz. Secretaría para la Igualdad y la Protección Social de UGT Asturias.
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