lunes, febrero 4

Faisal quiere quedarse


La historia de Faisal es triste. Así, sin más, de principio a fin. Y, sin embargo, no parece que las cosas vayan a cambiar. "Tengo miedo", dice con un hilillo de voz a través del teléfono. La administración, al fin y al cabo su tutor legal, no ha resuelto su situación y el jueves pasado cumplió dieciocho años. Así que el fantasma de la expulsión a Marruecos es ahora más real que nunca.

Según datos de Fiscalía de Extranjería, a lo largo de 2006 se iniciaron los trámites para abrir un expediente de repatriación a 1.300 menores. En 111 casos se llegó hasta el final. Distintas organizaciones de derechos humanos denuncian que la Administración española está haciendo expulsiones de menores no acompañados disfrazadas de reagrupaciones familiares. "Muchas veces se intentan agotar los plazos para que lleguen a los dieciocho años (sin papeles). Hay graves incumplimientos de la Ley de Extranjería", afirma Virginia Álvarez de Amnistía Internacional (AI).

Mala suerte

Faisal nació en Larache, Marruecos, pero creció en el Sáhara Occidental. Su padre era militar hasta que a los cuarenta y cinco años, como es costumbre en el ejército marroquí, lo jubilaron. De ahí, intentó seguir la tradición familiar y hacerse pescador en Larache. Imposible. Las cosas ya no estaban fáciles, así que optó por coger el petate, entregar hijos y esposa a su familia y largarse. Más a menos así estaba la situación cuando Faisal, con dieciséis años, decidió emigrar. Uno más entre todos aquellos niños que en Tánger o en la frontera ceutí esperan su oportunidad. La suya llegó. Y de los bajos de un camión pasó a Ceuta, de allí a Algeciras y, por fin, llegó a Barcelona.

Durante tres meses estuvo vagando por las calles de la ciudad condal. Primero durmió en los bancos, después en una casa en ruinas. Un día no pudo más, se armó de valor y pidió ayuda. Ingresó en un centro de la Generalitat. Ya tenía un tutor, la administración catalana, pero como el padre natural, éste también salió algo rana.

De un centro a otro

"Faisal no es una anécdota. Entre abril y mayo de 2007 el 50% de los niños se fueron del centro Can Mas", afirma Vicenç Galea, del colectivo DRARI por los derechos de los niños. Galea explica que "al niño, todo el mundo le dice a todas horas que será expulsado. Le dicen ‘sólo trabajamos para repatriarte'. Sólo reciben este mensaje". Y de ahí, el terror y la huida.

Cuando el rumor de la expulsión empezó a circular por Can Mas, Faisal, junto a otros compañeros, empezó a correr. Tomaron la Ruta del Norte, como la llaman ellos, es decir, Euskadi, Asturias, Cantabria y Galicia. A Faisal le tocó Asturias y allí empieza una carrera a contrarreloj.

"Este niño está condenado desde el principio", afirma Luisma Rodríguez, del Colectivo Social y Justicia, quien, indignado y algo cansado, ha luchado hasta el último momento para que alguien, Asturias o Catalunya, inicie la tramitación del permiso de residencia para Faisal. Pero han llegado tarde. Ya tiene dieciocho años.

Faisal ha sido un estorbo para ambas comunidades autónomas. El tutor legal siempre ha sido Catalunya, que habría cedido sin problemas la tutela a Asturias, pero ésta nunca la ha querido. "No podemos dar la imagen de que esto es un paraíso", afirma un portavoz de la Consejería de Bienestar Social del Principado. Catalunya siempre ha apostado por la reagrupación familiar y Faisal siempre se ha negado. "¿Qué voy a hacer en Marruecos? Quiero ser soldador ", dice en un español muy precario. "Y quedarme en Asturias, Catalunya no".

Lo cierto es que Faisal lo tiene muy complicado. Ahora mismo es un inmigrante. No un menor. Si la Policía lo encuentra por la calle, le puede abrir un expediente de expulsión. Eso sí, Asturias le ofrecerá que deje el centro de menores y que pase a un piso, pero nada de papeles. Nadie ha dicho que la Administración funcione con lógica.
Los niños marroquíes sufren más racismo

S.O.S Racismo Asturias emitió un comunicado la semana pasada en el que denunciaban que las autoridades muestran cierta desidia en el cumplimiento de sus obligaciones hacia los menores no acompañados. Concretamente, la entidad afirma que hay una discriminación mayor hacia los menores marroquíes, ya que a ellos se les mantiene más tiempo en los centros de primera acogida, y se les ponen más trabas a la hora de documentarlos.
Fuente: Lea del Pozo/Público

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La Procuradora exige a Asturias que mejore la atencion a los menores



Asturias carece de un modelo concreto de atención a los menores no acompañados que residen en centros de acogida. Así de claro lo dice María Antonia Fernández Felgueroso, Procuradora General de Asturias, en su informe sobre la situación de este colectivo presentado ayer en la Junta General del Principado.

El avance de la investigación recomienda a la Consejería de Bienestar Social que acometa una serie de medidas para mejorar la situación de los menores alojados. Reclama primero que establezca un análisis de situación, de las demandas y de las previsiones del fenómeno. Solicita también un estudio de los recursos y medios disponibles y, en su caso, de los que serían necesarios.

El informe de la procuradora insta también a la Administración del Principado a articular los mecanismos de coordinación entre Bienestar Social, Educación y Salud para lograr una atención integral de los menores. Lo que siguen son las principales recomendaciones de la procuradora.

ACCION PROTECTORA

Reducir las demoras en las distintas fases.

La procuradora recomienda específicamente agilizar las distintas fases del proceso de protección de estos menores. Así, reclama a la Administración que facilite la atención inmediata, acogimiento incluido, de estos adolescentes aunque se tengan dudas sobre su minoría de edad.

Solicita también que se cumpla la limitación temporal de 45 días que fija la ley para la estancia de los menores en la unidad de primera acogida.

El trabajo conocido ayer insta a la Administración a asumir la tutela del menores de forma inmediata para evitar que, durante la fase de estudio sobre las circunstancias del afectado, el adolescente quede privado o aminorado en sus derechos.

Las posibles repatriaciones, la procuradora es clara y afirma que la oportunidad de retorno sólo deberá ser apreciada cuando existan garantías en el interés superior del menor.

Asimismo, el informe solicita a la Administración que documente al menor y tramite su residencia con la mayor agilidad posible y sin esperar a los nueve meses previstos en la ley.

Sería aconsejable, dice el informe, la elaboración y entrega a los menores de un documento provisional que les permita realizar las gestiones de la vida diaria. Fernández Felgueroso solicita también, que culminada la estancia del menor en la unidad de primera acogida, la Administración, previa audiencia con el afectado, dicte una resolución expresa y motivada sobre la mejor medida de protección aplicable.

Preparar a los menores para su inserción laboral

Por ello resulta imprescindible, según la procuradora, la adopción de programas específicos de inmersión lingüística.

Fernández Felgueroso recomienda acompañar la inmersión lingüísticas de acciones formativas que preparan a los menores para el empleo.

La Administración debe garantizar también que los menores sean informados plenamente y en un idioma, que entiendan las pruebas y revisiones médicas que se les practiquen y los posibles tratamientos.

El informe de la oficina de la procuradora subraya que el consumo de sustancias tóxicas es residual y solicita una mayor atención por parte del sistema sanitario para esta problemática.

Informe

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