A raíz de este caso, del que en su día se hizo eco LA VOZ, han surgido muchas dudas acerca del tratamiento de estos niños que de forma periódica llegan a Asturias Tiene un menor extranjero no acompañado que demostrar que es un niño, que aún no ha cumplido los 18 años, para poder acceder a la red de atención social o la administración debe atenderle desde el primero momento, cubrir sus necesidades básicas y demostrar después su edad? La normativa vigente es clara. El primer supuesto es legal. El segundo, ilegal. A pesar de este planteamiento, Mohamed y Mouhsin llevan una semana fuera de la unidad de primera acogida del centro Materno-Infantil de Oviedo y durmiendo en un albergue. Aunque agradecen el trato que reciben de las monjas y del trabajador social, sienten una gran impotencia. Todos dudan de su palabra. Están hartos de gritar que son menores y que buscan un futuro.
Ambos se conocieron en un centro de menores de Tarragona. Mohamed llegó a España en septiembre del 2006. Trabajó durante meses en Salou como camarero y relaciones públicas. Después dice que cometió "un error" y trató de robar un bolso. Le detuvieron y le remitieron al centro. Como tenía miedo de que aquello fuera como una cárcel, mintió con su edad, dijo que había nacido en octubre de 1990 en lugar de octubre del 91 para así poder salir pronto. Esa fue su condena. Ahora en Asturias dicen que es mayor de edad y restan crédito a la documentación que su padre le envió por fax.
Mouhsin cruzó la frontera marroquí y entró en Ceuta donde se embarcó como polizón en un barco del ejército con destino a Tarragona. Le descubrieron durante el viaje y a su llegada a Cataluña le entregaron a la policía, que le envió al centro de menores, del que ya se ha escapado dos veces.
Los caminos de Mouhsin y de Mohamed volvieron a encontrarse en Santander. El primero apenas habla español. El segundo se defiende con soltura. Ambos viajaban por separado a La Coruña, donde habían oído que había centros en buenas condiciones y que les ofertaban cursos de formación profesional. Mouhsin tiene un título de un curso básico de electricidad en Tetuán y quiere aprender más, porque esa profesión le gusta. Mohamed dice que ya llegó a España pensando en convertirse en auxiliar de geriatría o técnico auxiliar en ambulancia. Su problema es que tiene unos estudios muy básicos, ya que salió muy joven de su pueblo.
Por el momento, es un sueño. La consejería dice que son mayores, uno por lo que contó en Tarragona y el otro porque en Ceuta consta un análisis que así lo ratifica. El problema es que Mouhsin niega haber dormido en ningún centro en Ceuta, ciudad en la que sólo estuvo de pasó, por lo que cree que le están confundiendo con otro.
Mohamed ya tiene una copia de su documentación marroquí y la original llegará la próxima semana por fax y Mouhsin tardará un poco más. Todavía desconocen el resultado de la prueba que les hicieron el jueves en el HUCA para determinar su edad y mientras tanto siguen en el albergue, sin posibilidad de entrar en la unidad de primera acogida del materno. Ayer mismo estuvieron en la fiscalía del menor, sin que la persona que les atendió les diera una solución. Mohamed afirma que se volvería loco si tuviera que regresar. Mohamed traduce lo que habla Mouhnsin: "Dice que sería capaz de matarse antes de volver".
Fuente: lavozdeasturias/S.D.M.
Foto: Jose VallinaRelacionadas: elcomercio
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