martes, septiembre 2

En Tierra de Nadie

Puede un niño de 14 años vagar por las calles de una ciudad más de 24 horas sin que ninguna administración pública se haga cargo de él? La respuesta queda implícita en la historia del primer día que Sufián pasó en Oviedo, a donde llegó procedente de Málaga. Este menor marroquí tuvo la suerte de encontrarse en la calle con gente que contestó a sus preguntas y le acompañó en su peregrinaje por las comisarías, los juzgados y las sedes del Gobierno del Principado y que, incluso, le ofreció un techo bajo el que dormir cuando llegó la noche sin que nadie le abriese una puerta. Desde ayer, reside en una unidad de primera acogida (UPA) dependiente de Bienestar.

El relato comienza a las dos y media de la tarde del domingo, momento en el que a Eduardo Romero, colaborador de asociaciones sociales como Cambalache, le paró un niño en la calle y le preguntó por la sede de la policía local. Al verle tan joven, se interesó por él. Así supo que buscaba una comisaría para tramitar su ingreso en una unidad de primera acogida para menores, ya que ese es el trámite que se exige en el Principado.

Eduardo Romero contactó con Asturias Acoge, que a su vez llamó a un educador para saber cómo debían actuar. Le explicaron que era necesario ir a la policía nacional. Su primera sorpresa llegó en comisaría. Aunque la agente que les atendió estaba dispuesta a asumir el trámite, su superior, que pasó en ese momento por la sala, se negó. Tal y como consta en la denuncia redactada por un abogado que hoy formalizará en los juzgados, les dijo que antes de llevarle a la UPA tenía que demostrar que era menor, así que ordenó que se le llevara a un albergue de la ciudad. A pesar de que trataron de que cambiara de opinión, el policía no dio su brazo a torcer y tuvieron que volver a la calle.

Ese fue el inicio de un auténtico peregrinaje. Tras consultar con un educador que conocía, optó por acudir con el menor al juzgado de guardia, acompañado por un abogado. Se lo encontró cerrado. Asegura que llamó reiteradamente a la puerta y que dio vueltas alrededor del edificio para saber si había otra entrada que no hubiese descubierto. Nada. Después trató de llamar a un teléfono que localizó. No contestó nadie. Como tampoco lo hicieron en dos números de la policía local ni del 092. Explica que lo intentó reiteradamente sin éxito entre las ocho menos cuarto de la tarde y las nueve de la noche. La última llamada fue para consultar qué podía hacer con ese niño de 14 años. Sólo había dos opciones, o se lo llevaba a casa o lo dejaba solo en el albergue. Eduardo Romero decidió por pedir al abogado que le redactara una denuncia y llevar al menor con él a pasar la noche. Todo este relato aparece descrito en el texto de la denuncia.

El lunes por la mañana, realizó algunas gestiones y, alrededor de la una del mediodía, se dirigió a la sede de la Consejería de Bienestar Social. En principio, a través del bedel, le comunicaron que ese no era el cauce legal, que debía acudir a la policía. Se negó. No iba a volver a recorrer comisarías. Fue necesaria más de una hora de espera para que un educador se hiciera cargo del asunto. Para entonces había con él otra persona y otro adolescente, otro menor extranjero no acompañado (mena), como se les conoce en el lenguaje oficial.

La Administración asturiana se hizo cargo de los dos niños. Eduardo Romero acompañó personalmente a Sufián hasta la unidad de primera acogida, porque quiso dar con él ese último paso y porque tampoco nadie de la consejería se ofreció a hacerlo. Sufián tiene cobijo y Eduardo ya no se pregunta si un niño puede vagar por una ciudad sin que nadie le haga caso.


Fuente: SDM/lavozdeasturias

Foto: Pablo Lorenzana

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La Procuradora exige a Asturias que mejore la atencion a los menores



Asturias carece de un modelo concreto de atención a los menores no acompañados que residen en centros de acogida. Así de claro lo dice María Antonia Fernández Felgueroso, Procuradora General de Asturias, en su informe sobre la situación de este colectivo presentado ayer en la Junta General del Principado.

El avance de la investigación recomienda a la Consejería de Bienestar Social que acometa una serie de medidas para mejorar la situación de los menores alojados. Reclama primero que establezca un análisis de situación, de las demandas y de las previsiones del fenómeno. Solicita también un estudio de los recursos y medios disponibles y, en su caso, de los que serían necesarios.

El informe de la procuradora insta también a la Administración del Principado a articular los mecanismos de coordinación entre Bienestar Social, Educación y Salud para lograr una atención integral de los menores. Lo que siguen son las principales recomendaciones de la procuradora.

ACCION PROTECTORA

Reducir las demoras en las distintas fases.

La procuradora recomienda específicamente agilizar las distintas fases del proceso de protección de estos menores. Así, reclama a la Administración que facilite la atención inmediata, acogimiento incluido, de estos adolescentes aunque se tengan dudas sobre su minoría de edad.

Solicita también que se cumpla la limitación temporal de 45 días que fija la ley para la estancia de los menores en la unidad de primera acogida.

El trabajo conocido ayer insta a la Administración a asumir la tutela del menores de forma inmediata para evitar que, durante la fase de estudio sobre las circunstancias del afectado, el adolescente quede privado o aminorado en sus derechos.

Las posibles repatriaciones, la procuradora es clara y afirma que la oportunidad de retorno sólo deberá ser apreciada cuando existan garantías en el interés superior del menor.

Asimismo, el informe solicita a la Administración que documente al menor y tramite su residencia con la mayor agilidad posible y sin esperar a los nueve meses previstos en la ley.

Sería aconsejable, dice el informe, la elaboración y entrega a los menores de un documento provisional que les permita realizar las gestiones de la vida diaria. Fernández Felgueroso solicita también, que culminada la estancia del menor en la unidad de primera acogida, la Administración, previa audiencia con el afectado, dicte una resolución expresa y motivada sobre la mejor medida de protección aplicable.

Preparar a los menores para su inserción laboral

Por ello resulta imprescindible, según la procuradora, la adopción de programas específicos de inmersión lingüística.

Fernández Felgueroso recomienda acompañar la inmersión lingüísticas de acciones formativas que preparan a los menores para el empleo.

La Administración debe garantizar también que los menores sean informados plenamente y en un idioma, que entiendan las pruebas y revisiones médicas que se les practiquen y los posibles tratamientos.

El informe de la oficina de la procuradora subraya que el consumo de sustancias tóxicas es residual y solicita una mayor atención por parte del sistema sanitario para esta problemática.

Informe

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