
la audiencia de gipuzkoa avala a un menor al que estas pruebas le habían determinado tres años más.
bilbao. Una sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa ha revocado la orden foral 15 del 23 de enero de 2006 de la Diputación de Gipuzkoa por la que a los menores no acompañados se les practicaba automáticamente pruebas médicas para determinar su edad, aún teniendo el pasaporte. Las pruebas perjudicaron a un menor nacido el 25 de noviembre de 1991 que, cuando tenía 14 años la fiscalía le adjudicó 17 tras la petición de estas pruebas a pesar de que tenía pasaporte.
La sentencia recuerda a la diputación y a la fiscalía que el pasaporte es una documentación internacional que no necesita de pruebas médicas para avalarlo.
Debido al modo de actuar de la Diputación y la fiscalía de Gipuzkoa, que para averiguar la edad de los menores recién llegados les realizan pruebas médicas, algunos chavales han sido catalogados por este procedimiento a pesar de contar con su propio pasaporte. Si bien es cierto que muchos chicos llegan a Euskadi sin documentación, normalmente por temor a ser repatriados inmediatamente, estas dos instituciones han puesto en duda la veracidad del pasaporte expedido por las autoridades marroquíes, como evidencia la sentencia de la sección tercera de la Audiencia de Gipuzkoa.
Desde SOS Racismo de Bizkaia aseguran que el afectado en este auto no es un caso único y recuerdan que para los menores es “importantísimo” estar documentados. Sólo con ellos pueden acceder al mercado laboral cuando la edad se lo permite.
premio y castigo Por otra parte, la dudosa validez de las pruebas médicas a la hora de acreditar la edad de todos los chavales ha puesto en evidencia otra problemática en los centros de menores. Un miembro de esta ONG en Bilbao, Diego Jauregi, asegura que en ocasiones la obtención de los papeles “se utiliza como método de premio y castigo ante las conductas de los chavales cuando se portan mal”.
Para Jauregi, las diputaciones deberían cumplir “su papel de tutores legales de los menores debidamente”, un rol que no están cumpliendo todo lo bien que deberían a su juicio. “Las condiciones laborales de los trabajadores y la falta de recursos agravan una situación ya de por si complicada en estos centros. Es como si tus padres se pasaran los días discutiendo y en casa no hubiera dinero suficiente para llegar a fin de mes. La educación de los hijos, inevitablemente, se resiente”Fuente: Con los niños no se juega
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