Los problemas también se toman vacaciones y con ellos las personas que los arrastran. Que no, que no me he vuelto turuleta, que esto que digo es casi una constatación empírica. Mucha gente, entre ellos los usuarios más recaltrizantes de este humilde servidor, se toman un respiro cuando hay unos días de fiesta. Y yo que pensaba que las depresiones, las desintoxicaciones, los desahucios, las peleas, los problemas con mi niño y los quehaydelomio no daban tregua y resulta que sí. A la que vienen unos días de asueto los “esto mio es muy urgente” (cantinela también de no pocos profesionales) desaparecen.Y digo yo, con mi filosofía de tocador, que estos días van bien para situar las urgencias en su justa medida. Porque lo urgente no suele coincidir con lo importante.
Los amigos de Educablog plantean algunas cuestiones interesantes respecto a temas de apariencia de los que nos dedicamos a este (mal)negocio. Cómo vestimos, cómo pensamos, si podemos generalizar, etc. A mí, desde luego, que cada uno vista y piense lo que le dé la gana, teniendo en cuenta, eso sí, que si está de cara al público, pues no es cuestión de ponerse el chándal de los domingos o venir en pantuflas a trabajar. A Teresiña, por ejemplo, le digo que no se ponga esos tangas, que haga el favor, que luego los padres sólo piden hora para ella y a mí que me den.
La verdad, mi principal problema para ir de pijo, hippie, punky o lo que sea no es ideológico, para que nos vamos a engañar. No es que me plantee si pudiera venir o no en un Mercedes a trabajar (anda que no iba yo a flipar ná por Alaska en un deportivo), el problema es que con esta birria de sueldos que cobramos no hay manera de pagarse ni un Lacoste de pega en los chinos.
Fuente: EducadorenAlaska



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