Un paseo por la zona muestra una sucesión continua de infraviviendas. Sin embargo, en muchas de ellas, hay un cartel que pone "se cede". Eso ocurre, porque todas esas edificaciones, que se extienden durante 15 kilómetros, son ilegales. En realidad, si uno llamase a uno de los móviles que están pintados en la pared le pedirían dinero.
El manifiesto conjunto, recuerda "la inseguridad de la zona, donde es frecuente" el "menudeo de droga", al menos, desde hace cinco años. También el peligro que supone "el tránsito diario de 4.500 camiones" cargados de basura que van a la incineradora "sin que en todo el trayecto haya un solo paso de cebra y un solo semáforo". En los últimos meses han sido atropellados y resultando muertos tres niños. En los últimos tres años, la cifra asciende a 11. "No hay aceras, ni alcantarillado, ni servicios de limpieza urbana", concluyen su descripción de las condiciones cuartomundistas del camino.
La denuncia propone como solución que "las distintas administraciones se reúnan para elaborar un plan integral de actuación en la zona que aborde todos estos problemas". También, que "se dote a la Cañada de infraestructuras", que "no se discrimine a ningún colectivo", que "se permita el empadronamiento de las personas" y que "se regule el tráfico".
Precisamente, una de esas instituciones, el Ayuntamiento de Madrid, aprobó ayer un aumento de 2,1 millones de euros sobre el presupuesto inicial (nueve millones) de la obra aprobada para sortear la Cañada. Así, los camiones llegaran por otro lugar a la incineradora.
Nada se aclara sobre el futuro del asentamiento chabolista, aunque se habla de expropiar terrenos. Ahora, esa obra está en proceso y un camino de arena circunvala la Cañada. "Algunos camiones van por ahí y tiran la basura en las obras, así se ahorran los 80 euros que vale el vertedero y se los juegan a los chinos en un bar de la zona", comenta Ángel Arrabal.
El grupo de la parroquia de Santo Domingo de la Calzada también denuncia la situación: "Es increíble que las instituciones digan que hay educadores", señala Jorge Fernández, que asegura no "haberles visto nunca". "No hacen nada por ayudar", insiste Fernández, que cuenta como ejemplo que todos los documentos que se les pide a los niños para escolarizarse los hace su grupo "con una fotocopiadora en la ermita".
Uno de los firmantes del manifiesto colectivo, la Asociación El Fanal, también ayuda a la escolarización de los niños, aunque, en su caso, generalmente marroquíes. En la Cañada Real Galiana, además de la parroquia, también hay una mezquita y una iglesia evangélica.
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