[Menores Solos] Vecinos de Piedramuelle denuncian «el descontrol» en un centr...

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Oviedo

Vecinos de Piedramuelle denuncian «el descontrol» en un centro de menores

Envían dos cartas al Principado en las que advierten de que los chicos agreden a sus educadores y se fugan constantemente

24.10.10 - 02:38 -GONZALO DÍAZ-RUBÍN OVIEDO.
«Estamos hartos, es un descontrol absoluto». Javier ejerce de portavoz de un grupo de vecinos, y prefiere mantener en el anonimato su apellido. Él huyó de la ciudad para «buscar la tranquilidad» en Piedramuelle y está «desesperado». Hace algo más de un año, el Principado convirtió uno de los tres únicos chalés de su urbanización en un centro para menores extranjeros no acompañados, un 'MENAS' en la jerigonza administrativa.

El centro «no es de internamiento», explican desde la Consejería de Bienestar Social, para marcar la diferencia con el de Sograndio. Los menores que residen en Piedramuelle no tienen cuentas pendientes con la Fiscalía. Es el lugar al que van después, por ejemplo, de superar el periodo de internamiento en Sograndio o tras ser identificados como tal. «Se trata de que ganen habilidades para desenvolverse al alcanzar la mayoría de edad».

Los vecinos dudan de que lo hagan. «Ha habido agresiones a educadores», denuncian, «pero lo peor no es eso, sino la sensación de absoluto descontrol, de que hacen lo que les da la gana». Han remitido sendos escritos a la directora del Instituto Asturiano de Atención Social a la Infancia, Familias y Adolescencia y a la propia Consejería de Bienestar Social: «Queremos que quede constancia, que, cuando pase algo, no digan que no se lo advertimos», insiste Javier.

¿Que pase el qué? Los vecinos han visto como los menores «corren por el tejado» del chalé, de tres plantas; «mueven, en presencia de los educadores, la furgoneta del centro»; roban de los árboles frutales de los vecinos, o insultan y amenazan a otros. «Consumen drogas, dentro y fuera de la residencia, e, incluso, en presencia de algunos de los educadores», denuncian.

La consejería reconoce la existencia de «problemas» en el pasado, pero, desde julio, tras recibir una queja de los vecinos, «se reforzó el personal y no tenemos constancia de nuevos altercados». La «conflictividad», señala, «se debía a problemas entre los menores. Tras estudiar los perfiles, se derivó a algunos a otros centros».

Los residentes en Piedramuelle, que lo ven de cerca, niegan que se hayan acabado los problemas. Censuran, ante todo, que «en ese ambiente es imposible que aprendan nada. Se fugan continuamente y llegan a las tantas dando voces».

«No podemos hacer mucho más, son mayores de edad», reconocen desde el Principado. «Lo que pasa es que los vecinos no quieren que el centro esté allí». «El que tiene que tomar medidas es un juez o un fiscal», concluye.

¿Conflictivos?

La llegada, en los últimos años, de menores extranjeros no acompañados, por seguir la jerga administrativa, ha generado problemas de gestión en toda España. Desde las malas condiciones de algunos de los centros, denunciadas por el Defensor del Pueblo; hasta los relacionados con la inseguridad y rechazo social.

Esta semana, el sindicato CSIF denunció nuevas agresiones de menores acogidos a sus cuidadores en las Unidad de Primera Acogida (UPA), situada en el Materno Infantil. El sindicato acusó a Bienestar Social de haber reducido el servicio de seguridad, pasando de dos vigilantes a sólo uno, y el horario de los traductores-mediadores, adultos magrebíes que hablan árabe y español y que hacen un servicio «fundamental». También hay un traductor en Piedramuelle, pero su actitud no convence a los vecinos, se comporta, dicen, como un colega de los internos.

Otra visión la da, desde su experiencia, un trabajador de un centro de internamiento de menores, que prefiere esconder su identidad: «El 80% de los menores que llegan, vienen porque ya tienen causas pendientes con la justicia en su país y saben que las condiciones de internamiento aquí no son las de una cárcel en Marruecos». Además, insiste, saben que aquí reciben una asignación, disponen de dinero para comprar ropa (unos 600 euros cada dos meses), las condiciones del internamiento son más favorables y después obtienen el permiso de residencia.

Un chico accede al centro, ayer. :: JESÚS DÍAZ

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Publicado por Colectivo SocialyJusticia para Menores Solos el 10/24/2010 01:04:00 PM