Primera Acogida alerta de la llegada de personas cada vez más jóvenes.
09/12/2009 JAVIER CUEVAS Ver archivo (pdf)
- Ya no tiene la saturación de hace unos años pero es un recurso que favorece el "maltrato institucional". Un demoledor informe realizado por el coordinador de la Unidad de Primera Acogida (UPA) del Centro Materno Infantil de Oviedo, Juan Aurelio Sánchez, analiza la actividad de este equipamiento y cuestiona la política que el Principado mantiene con los menores no acompañados. El funcionamiento actual, asegura, "debe revisarse, auditarse y fiscalizarse", puesto que las decisiones que surgen de él van "en detrimento de los intereses de los niños" y "aumentan las diferencias" entre menores.
En el documento, realizado por el coordinador del centro a finales de septiembre y que fue remitido hace un mes a la consejera de Bienestar Social, Noemí Martín, se llega a afirmar que cuanto más tarde llegue esta revisión "más grave será el maltrato institucional". Maltrato es, explica, "dificultar la documentación a menores tutelados" o "esperar a realizar las gestiones un mes antes de la mayoría de edad".
SOLOS ANTES DE LOS 6 Los últimos meses han servido para comprobar que la precariedad de los países pobres y la Ley de Extranjería hacen que los menores no acompañados lleguen cada vez con menos años. Si la tendencia continúa, vaticina el coordinador de la UPA, "la respuesta institucional de crear recursos específicos para la atención a menores no acompañados".
Los niños pequeños, recuerda Sánchez, tienen necesidades distintas a las de los adolescentes y han de estar alojados con otros niños de su edad para garantizar su estabilidad. Además, el objetivo aquí pasa por su integración en los centros educativos.
Sánchez denuncia que la mayor parte de los menores que abandonan Primera Acogida son derivados a un centro concertado en lugar de serlo hacia un recurso propio. Solo el 17% de los menores del Materno acaban en centros públicos, cuando deberían de ser los más numerosos. "Hay una tendencia clara a la privatización", sentencia el coordinador de la UPA, que recuerda que el incremento en el apoyo a recursos de titularidad privada va en detrimento de los públicos.
El peligro de la privatización radica, detalla el informe, en que los centros concertados priorizan una atención específica a los menores --casi siempre en función del lugar de procedencia-- y los separa del resto de menores de su edad, lo que es perjudicial para los jóvenes tutelados.
El salario y los convenios de los trabajadores de los equipamientos concertados también empeora las cosas. Las condiciones de estos trabajadores propician la eventualidad y la inestabilidad de las plantillas, "y esto va en detrimento del equilibrio emocional de los menores", apunta el coordinador de la UPA. Además, añade, los recursos privados suelen tener a menos educadores por menor.
"La privatización de recursos con abaratamientos es cuando menos mantener las diferencias existentes o profundizarlas aún más", sentencia. Lo cierto es que los recursos públicos existen, aunque según se indica en el documento, alguno de estos centros de la red pública únicamente han alojado a uno o dos menores no acompañados en los últimos seis años.
LA SITUACION IDEAL Cómo debería de ser la atención a los menores no acompañados? Desde luego, no tendría que dividirlos según su procedencia por el peligro de la formación de guetos. Lo ideal, indica Juan Aurelio Sánchez, "sería la convivencia limitada a no más de media docena de menores en pisos tutelados con una programación personal e individualizada con supervisión diaria y tutorías semanales".
El objetivo de estos recursos, prosigue, no es otro que desarrollar la autonomía y la independencia de estos menores y tiene que ser un reflejo de la vida del exterior. De ahí el rechazo frontal del coordinador del Materno Infantil al alojamiento de marroquíes con marroquíes y de españoles con españoles. La atención, concluye, ha de favorecer "una convivencia multirracial y pluricultural", algo que según el informe no se cumple a día de hoy. Lo contrario, entiende, favorece las conductas agresivas y las toxicomanías.FUENTE: La Voz de Asturias
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