viernes, abril 18

El Instituto de Infancia abrió 8 expedientes por abusos y dos por explotación sexual a menores.


No son enfermos mentales ni han tenido una infancia marcada por la violencia. Los agresores sexuales son individuos normales que tienen pareja, a veces hijos, y que están convencidos de que su víctima no sufre durante la agresión, e incluso creen que le gusta, por lo que no se sienten culpables ni se muestran arrepentidos.

El caso de Santiago del Valle ha puesto sobre la mesa las lagunas de la justicia. Pero para que esa persona acabe delante de un juez tiene que haber antes una denuncia. Y eso no siempre ocurre. Algunas víctimas prefieren callarlo, esconderlo. Aún así, cada año en Asturias se presentan en las comisarías más de 100 denuncias de víctimas que han sufrido algún tipo de abuso o agresión sexual. Sólo el año pasado se tuvieron constancia de 108 casos y un año antes fueron 110 las personas que decidieron acudir a la policía después de haber sido víctima de abusos. En los dos últimos años casi 13.000 personas los han sufrido y los han denunciado. Pero el dato no es fiable. Según fuentes del Ministerio de Interior "las cifras reales son más altas porque aún hay gente que no se atreve a denunciarlo". Aún así la media de los que llegan a los agentes ronda los 6.400 (hace dos años los datos oficiales eran 6.389 y el año pasado, 6.414).

AGRESION A NIÑOS Si los abusos son a menores de edad se estima que en España hay un 23% de niñas y un 15% de niños que sufren abusos sexuales antes de los 17 años. Pocos llegan a los tribunales. A lo sumo dos de cada diez. Hay un porcentaje de ellos que no se lo cuenta a nadie porque teme la reacción de los demás. Según las cifras del informe La infancia en cifras del Ministerio de Trabajo los menores de 13 años son los más expuestos a estos delitos. Las últimas cifras hablaban de que 1.560 niños de estas edades había sufrido alguna agresión sexual (1.345 tenían entre 16 y 17 años y 1.141 estaban entre los 13 y los 15).

En Asturias el Instituto de Infancia abrió durante el año pasado ocho expedientes por abuso sexual y dos por explotación sexual a menores. En estos casos la administración se hace cargo de la tutela del menor que puede pasar a vivir con otros familiares no implicados o si no los tienen son acogidos en centros del Principado.

Ahora mismo en la cárcel de Villabona hay 83 personas --todas ellas hombres-- que han cometido un delito de abuso o agresión sexual. Sólo hay 12 que son preventivos y que por tanto están en el centro penitenciario a la espera de que se celebre el juicio. Los otros 71 ya han sido condenados. La pena depende siempre del delito. El código establece castigos de entre uno a 15 años.

Los 71 agresores que ya están condenados por ello y los otros 12 que esperan no están aislados del resto de reclusos. Eso ocurre sólo en casos "especiales o significativos" como por ejemplo el de Santiago del Valle que ha tenido gran repercusión en la prensa. Según explican desde el centro penitenciario en esos supuestos o están separados del resto o se les busca un sitio en los módulos que sean menos conflictivos.

LA REINSERCION Durante ese tiempo que pasan privados de libertad el sistema prevé para ellos programas especiales que son voluntarios. En Villabona un psicólogo que ha tenido formación específica presta terapia a los agresores sexuales (cada curso está indicado para grupos de no más de 12 personas).

La labor de este profesional es fundamental en estos casos porque además de impartir el programa, unas semanas antes mantiene varias conversaciones con ellos para animarles e informarles del contenido del curso.

Según el único estudio sobre reincidencia en este tipo de delitos que existe en nuestro país, elaborado con internos de Brians (Barcelona), el 18% de los que no habían asistido a la terapia había vuelto a delinquir cuatro años después de cumplir la condena. La tasa bajó al 4,1% entre los que sí habían recibido tratamiento. Eso sí, una de las peticiones de los psicólogos que imparten los cursos es que se haga un seguimiento a los internos una vez que salgan a la calle.

En otros países las medidas son otras. En Estado Unidos cada agresor sexual que ha pagado su delito tiene que registrarse ante la policía de su Estado cuando sale de prisión. Además, la mayoría de estas listas son abiertas e incluso hay bases privadas donde pueden ver si tienen algún vecino con estos antecedentes. Pero no es un caso único de EEUU. En el Reino Unido el que comete un delito sexual queda marcado de por vida. Los agentes de ese país tienen un registro donde aparece el nombre de la persona que se clasifica según la peligrosidad y el riesgo que hay a que reincida. Es algo más restringido que el americano pero, por ejemplo, permite a las empresas que puedan conocer si una persona ha cometido una agresión sexual, de cara sobre todo a vetar a los pederastas a que trabajen en centros donde abundan los menores como puede ser el caso de un colegio o de un instituto.

Aquí en España el debate está abierto. El Magistrado de la Audiencia de Victoria y portavoz de Jueces para la Democracia Jaime Tapia considera que "igual que hay un registro de maltrato de género que ha dado algún resultado se podría pensar en tener uno con las sentencias o las medidas cautelares dictadas por los juzgados a las personas que ya han sido condenadas por estos delitos. Eso sí, considera que debería salvaguardar el derecho a la intimidad de manera que solo pudieran acceder los que tienen interés legítimo, es decir los jueces, fiscales y la policía. "Nos oponemos a que sean públicos porque hay gente que se rehabilita y de esa manera no se dejaría la puerta abierta a que comenzaran una nueva vida, a la reinserción".

La Voz de asturias

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La Procuradora exige a Asturias que mejore la atencion a los menores



Asturias carece de un modelo concreto de atención a los menores no acompañados que residen en centros de acogida. Así de claro lo dice María Antonia Fernández Felgueroso, Procuradora General de Asturias, en su informe sobre la situación de este colectivo presentado ayer en la Junta General del Principado.

El avance de la investigación recomienda a la Consejería de Bienestar Social que acometa una serie de medidas para mejorar la situación de los menores alojados. Reclama primero que establezca un análisis de situación, de las demandas y de las previsiones del fenómeno. Solicita también un estudio de los recursos y medios disponibles y, en su caso, de los que serían necesarios.

El informe de la procuradora insta también a la Administración del Principado a articular los mecanismos de coordinación entre Bienestar Social, Educación y Salud para lograr una atención integral de los menores. Lo que siguen son las principales recomendaciones de la procuradora.

ACCION PROTECTORA

Reducir las demoras en las distintas fases.

La procuradora recomienda específicamente agilizar las distintas fases del proceso de protección de estos menores. Así, reclama a la Administración que facilite la atención inmediata, acogimiento incluido, de estos adolescentes aunque se tengan dudas sobre su minoría de edad.

Solicita también que se cumpla la limitación temporal de 45 días que fija la ley para la estancia de los menores en la unidad de primera acogida.

El trabajo conocido ayer insta a la Administración a asumir la tutela del menores de forma inmediata para evitar que, durante la fase de estudio sobre las circunstancias del afectado, el adolescente quede privado o aminorado en sus derechos.

Las posibles repatriaciones, la procuradora es clara y afirma que la oportunidad de retorno sólo deberá ser apreciada cuando existan garantías en el interés superior del menor.

Asimismo, el informe solicita a la Administración que documente al menor y tramite su residencia con la mayor agilidad posible y sin esperar a los nueve meses previstos en la ley.

Sería aconsejable, dice el informe, la elaboración y entrega a los menores de un documento provisional que les permita realizar las gestiones de la vida diaria. Fernández Felgueroso solicita también, que culminada la estancia del menor en la unidad de primera acogida, la Administración, previa audiencia con el afectado, dicte una resolución expresa y motivada sobre la mejor medida de protección aplicable.

Preparar a los menores para su inserción laboral

Por ello resulta imprescindible, según la procuradora, la adopción de programas específicos de inmersión lingüística.

Fernández Felgueroso recomienda acompañar la inmersión lingüísticas de acciones formativas que preparan a los menores para el empleo.

La Administración debe garantizar también que los menores sean informados plenamente y en un idioma, que entiendan las pruebas y revisiones médicas que se les practiquen y los posibles tratamientos.

El informe de la oficina de la procuradora subraya que el consumo de sustancias tóxicas es residual y solicita una mayor atención por parte del sistema sanitario para esta problemática.

Informe

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