Se trata de I.A.D. un niño de 8 años de origen marroquí. Su familia se puso en contacto con nosotros hace 3 semanas porque la policía se lo había llevado hacía unos días del colegio concertado donde estudiaba ante “indicios del maltrato”.
Como es una familia que llevaba tiempo acudiendo a un psicólogo público, pudieron demostrar rápidamente que tales “indicios” eran falsos. Sin embargo, el chaval ya había ingresado en el centro Isabel Clara Eugenia y los trámites para su devolución iban a prolongarse, según los empleados de la comunidad de Madrid, durante meses.
El pequeño, pese a no haber cometido ningún delito y desear ver a su familia, fue recluido en el centro, y no pisó la calle ni se le permitió ver regularmente a ningún ser querido hasta su liberación, un mes después.
- Que sólo les permitían visitar al niño una hora a la semana.
- Que se le estaba medicando, administrando sedantes o algún otro tipo de fármaco, porque el chaval estaba completamente adormilado en los contactos. Además, presentaba una aspecto descuidado e incluso manifestaba no estar duchándose (lo cual era evidente).
- Que convivía con niños de hasta 17 años, algunos de los cuales le pegaron.
- Que si hablaba en su idioma era castigado, y cuando hablaba con la familia los educadores cortaban la comunicación ante cualquier protesta, o si se expresaba en su lengua materna.
- Que durante el tiempo de reclusión se le impidió acudir a la escuela, y a cambio se le “escolarizó” en un aula donde había niños desde los 4 a los 17 años.
- Que el niño decía que algunos educadores le habían pegado, en especial los del turno de noche. (sobre este punto, insistimos en que su testimonio debe ser tomado con cautela, dada su edad y la situación a la que se enfrentaba)
- Que en una de las visitas encontraron a la policía, que “devolvía” a dos niñas rumanas de 3 y 5 años que se habían fugado del centro por su propio pie, lo cual daba una idea del descontrol que había en el interior.
Ante esta situación, nuestra letrada tuvo que acudir repetidas veces al centro, y sólo tras amenazar severamente con interponer denuncias contra la dirección, éstos devolvieron al chaval de manera tan irregular como le habían retirado. En ese momento se decidió frenar las denuncias para no alargar más el proceso.
Dos pediatras se ofrecieron desinteresadamente a revisar al niño una vez en libertad, y cuando concluyan los análisis que estamos realizando, esperamos aportar nueva información sobre los pasos que vamos a seguir.
Queremos aclarar que la asamblea no está “en contra” del sistema de protección ni de las personas que trabajan ayudando a aquellos chavales que lo requieran. De hecho, hay algunos centros de protección que sí funcionan adecuadamente, realizando una labor estupenda.
Invitamos tanto a educadores como a familiares a denunciar la enorme cantidad de atropellos que se están produciendo contra los niños y niñas que más apoyo necesitan.
Fuente: CentrosdeMenores
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